miércoles, 3 de septiembre de 2008

Un niño, sentado delante de un campo de globos, totalmente hipnotizado, los mira uno a uno, fija en su mente cada uno de los mínimos detalles de ellos. Se fija en los colores, en las formas, en el tamaño, en la canasta, en el fuego, en las personas que están en ellos. Llega al punto de que el eje de su vida es ese campo y se dedica solo a él
Su alrededor? su alrededor ni lo mira, ni sabe que hay....solo ese campo de globos maravilloso.
El niño es adolescente...su campo de globos esta tan internalizado, tan profundamente arraigado a él, que aún con los ojos cerrados sabe de cada uno de los globos todo, pero ve que hay algunos de esos globos que se han ido, se da cuenta que ya no es tan grande ni tan denso como hace unos años atrás. Sabe de cada espacio vació, le duele esa falta y quizás, como queriendo llenar ese espacio de memoria vacío, empieza a mirar alrededor de el y realmente no le gusta la mayoría de las cosas tangibles, a su alcance...el solo esta enamorado de su campo de globos.
Ese adolescente creció ya es un hombre, el cual vive en sus cosas, el cual aprendió a aceptar que su campo de globos lentamente se fue vaciando, y que así como muchos de ellos desaparecieron para no volver mas, otros se acercaron tanto que ya son de él, quizás la menor cantidad..quizás solo aquellos por los que el estuvo dispuesto a luchar, quizás solo aquellos que la suerte dictó que fueran de el.
El aprendió a vivir así, muchas veces descentrado con su vida se equivoca, mira su parque con la mirada de un niño, o peor, con la de un adolescente, y se enoja consigo mismo, por estar donde esta, por tener lo que tiene y por no tener todo lo que no tiene y quiso; pero la mayoría de las veces, acepta su vida como una cantidad de decisiones tomadas por el y por el destino y se da cuenta que es maravillosa y que los globos que se fueron, se fueron porque el no los quiso agarrar...y después de todo, si no los agarro, por algo fue.
Un hombre viejo sentado, cansado, tranquilo, con el cansancio y la tranquilidad que le da a una persona el saber que hizo todo lo que pudo por todo lo que quiso..a veces ganó, otras perdió.... pero después de todo, que diversión puede tener una victoria asegurada en las cosas por las que se lucha?.
Ese hombre mira al niño que alguna vez fue y sonríe añorándolo, sonríe añorando ese momento en el que todo para el era ese campo maravilloso de globos y su vida giraba alrededor de el.
Ese viejo mira al adolescente y sonríe añorándolo, recuerda ese momento como un lento descenso a su entorno, a su realidad, como un lento descubrir y darse cuenta que la mayoría de esos globos se iban a ir, y que el esfuerzo debe hacerse por aquellos que realmente se está convencido de que quiere que se queden con el, y que ese esfuerzo, muchas veces puede ser en vano.
Ese viejo mira al hombre joven que fue, y sonríe añorándolo porque recuerda ese momento como el momento de su vida en el cual peleo por retener los globos que tenia, amó su entorno, si si, ese mismo entorno que de adolescente no quería, y que con alegría veía que en su campo de globos, aún después de tantos años quedaban globos por los que luchar por retener.
Este viejo se mira a si mismo y se da cuenta que valió la pena vivir, crecer, luchar, ganar, perder, acertar, equivocarse, después de todo, aún tiene sus globos mas queridos consigo, los que se fueron en su recuerdo....y ese maravilloso campo de globos en su corazón.
 
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